Sublime Invocación
“Y todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, yo os lo haré, para que el Padre sea glorificado en el hijo. Si me pidáis alguna cosa en mi nombre, esa os haré” – Jesús.
Cualquier persona puede y debe imaginar, lo que pueda o no ser obtenido, a través de la Oración. La palabra de Jesús se refiere a lo relativo y posible, no a la exageración y al absurdo, como TODO LO QUE PIDÁIS puede hacer creer, a quien no comprenda los PORQUÉS de la Justicia Divina y las circunstancias jerárquicas del Planeta, bastante inferior y morada de espíritus comprometidos para con la misma Justicia Divina. Es en la inteligencia del hecho expuesto que recordamos la invocación siguiente:
“Al Sagrado Principio de todo y de todos, dirigimos nuestros pensamientos como siervos humildes, afín de pedir las Gracias que por ventura podamos merecer.
Danos, Sagrado Principio, en nombre de Jesús, el Cristo Divino Modelo, el amparo de las poderosas Legiones Espirituales; danos, Padre Divino, la Luz del Espíritu, para que apoyados en las prácticas doctrinarias vinculadas a los Patriarcas, a los Profetas, al Cristo Modelo y a los Apóstoles de todos los tiempos, podamos trabajar por la Restauración de la Excelsa Doctrina del Camino, la Vía que conduce a la Verdad que diviniza.
Sagrado Principio, auxílianos en la tarea de despertar los Dones del Espíritu, las mediumnidades, a fin de poder servir el prójimo, con aquellas Gracias que Tu Divina Justicia Determine.
Perdona, Padre Divino, nuestras flaquezas.
Líbranos, Señor, de las tentaciones del egoísmo, del orgullo y de la vanidad.
Aumenta, Señor, en Tus siervos, el deseo de conocer la Verdad y de practicar el Bien, porque sólo así seremos discípulos del Cristo Modelo.
Señor, haz que los Dones del Espíritu Santo se manifiesten en la Humanidad, para que los espíritus, Tus enviados, servidores de la Verdad, del Amor y de la Virtud, esparzan Tus Gracias, clamando las gentes en el rumbo de Tus Verdades Eternas, Perfectas e Inmutables”.
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