sexta-feira, 18 de abril de 2008
Capítulo XV - QUE OCURRIRÁ CON EL PERIESPÍRITU
XV QUE OCURRIRÁ CON EL
PERIESPÍRITU
La capacidad de metamorfosis, o transformación del coche del alma, o periespíritu, es total.
El hombre-patrón, de la presente situación, alcanzó siete coronas energéticas, conteniendo cada corona una chacra, plexo o centro de energía, que facultan el funcionamiento de los sentidos físicos y de las facultades mediumnicas.
No existe sabiduría humana, para medir las profundidades, en grados y matices, de aquello que es el periespíritu, considerando la inmensidad de las gradaciones jerárquicas espirituales. Cuando mucho, buenos videntes pueden decir algunas cosas, pues con la evolución de los espíritus todo marcha para el DIVINO, difícil de ser visto y explicado por la palabra humana. En otros libros y trabajos, presentamos muchas otras explicaciones, sobre muchas otras realidades espirituales.
El llamado espíritu-bloque es un conjunto de centellas aún en estado de embrión o germen. Es en ese bloque o conjunto que se mueven las partículas espirituales, hasta formaren, cada una de ellas, por lo menos tres coronas, que son tres recursos, tres herramientas, o ya tres medios de actuación en el mundo exterior. Cuando así estuviere, la centella, o estuviere el bloque de centellas, está listo a empezar la liberación de cada una. La hermandad entonces se va esparcir, para cada una tener vida más libre, afrontar el mundo exterior y organizar las coronas que se le faltan. Es el somorgujo en los niveles más elevados de la escala biológica, aunque solo larval o filamentosa, y que se da en los lagos, hondos marítimos, florestas o lugares aún de elevado tenor de humedad y moho. Es muy poco, comparado con el hombre primate, sin embargo es mucho camino andado, después de haber salido de la Esencia Divina. Ya tiene tres coronas y en cada una, un centro de energía especificada, un chacra en formación o desenvolvimiento.
La llegada en las siete coronas energéticas y en los siete chacras tuvo por base el curso a través de vastísima gama biológica. Esto es, necesidad de accionar órganos y miembros cada vez más complicados, inclusive el caminar en pie o sobre los miembros traseros. Porque, solo las coronas energéticas nada conseguirían, y el carro del alma, o periespíritu, nada sería sin las coronas y los centros de energía, los verdaderos subcomandos de la centella. Hablar en espíritu, periespíritu y cuerpo es solamente relativo a iniciación o preliminar, nada más.
En el primate las siete coronas y los siete chacras y, cuando encarnado, los siete plexos, encuéntrense listos, sin embargo como gérmenes o embriones. Todo es potencial y la marcha en el rumbo de la edificación intelecto-moral irá tener inicio, para desenvolverse en el curso de muchos y muchos millares de años, con sujeciones a altos y bajos, triunfos y caídas, encarnaciones y desencarnaciones, condiciones y situaciones a ser enfrentadas, necesidades a ser vencidas, ansiedades a ser resueltas etc. Es la conciencia que se forma, porque es la centella que se amplía, dilata, ahora con mucho más ligereza, porque la razón cada vez más se expresa, tañida por los acontecimientos, impelida por las necesidades.
Uno de los factores de impulsión es el fenómeno dolor; él es primero advertencia, después pasará a expiación. En condiciones normales jamás habrá dolor; pero las anormalidades le provocarán la manifestación, y a continuación de la anormalidad hará con que suba de intensidad. Debería ser simple preguntar sobre el origen del dolor, en sus primeras manifestaciones, y sanarlas, para evitar el aumento. Entre tanto, diremos que ella trabaja, hace su parte, más tarde o más temprano vence, porque el espíritu con ella tendrá que aprender, coste más o coste menos, en la encarnación o fuera de ella. El factor necesidad, tampoco recordado, es otro grande fomentador del crecimiento anímico o de la conciencia. A lo compás de los milenios, crecen las centellas y evolucionan las comunidades. Pocos son los que van en la vanguardia, la mayoría es intermediaria, uno bueno número es retardatario. Visto del alto, el diagrama es preciso, muestra los escalones todos. Y la Justicia Divina, que de dentro hace Justicia, funciona y se impone. Unos reciben por el mejor hecho, otros también reciben, sin embargo por las malas obras, en términos de tinieblas y dolores, de encarnaciones dolorosas, expiatorias. ¡Aparentemente los rumbos divergen, pero en la realidad el rumbo es uno solo: autocristificación!
Todas las humanidades embrionarias reciben, cuando llega la hora, inyecciones civilizadoras. Son legiones alijadas de otros mundos, son punidos de la Justicia Divina que, una vez purgados bastante en las tinieblas, en sus seno encarnan y fuerzan al progreso. Eva recibe Adán y Sus hijos se revelan maestros, artistas, científicos, santos y profetas. En medio, de lejos en lejos, un Inmediato del Cristo Planetario encarna, aquí y allá, para una Revelación Más Grande.
Cuando el grado de elevación intelecto-moral está apto, un Código de Conducta es trasmitido y, luego más, un Divino Molde, es fornecido por el Criador. Antes de ser Moisés, el mismo espíritu transmitió la Ley en el seno de otras razas y pueblos, hasta la misma quedar enraizada, y siempre a través de la Revelación, de la comunicabilidad de los ángeles, espíritus o almas. A continuación, el Director Planetario encarnó y la Divina Modelación fue dejada. Y con ella la Generalización de la Revelación, de la Gracia del Cielo que tiene por función advertir, ilustrar y consolar. Como Síntesis General, el Cristo es la imagen del Origen Divino del espíritu, del Proceso Evolutivo, de la Sagrada Finalidad, del Bautismo de Revelación y de la Resurrección Final del espíritu. No es de religiones y farisaísmos, es de la VERDAD. La Ley y el Cristo Modelo son los testigos inamovibles de Dios!
Como empezó de dentro para fuera la formación de las coronas, chacras y plexos, de fuera para dentro empezarán las sublimaciones a tornarse realidades. Las coronas energéticas, que obedecen a los comandos inmediatos del espíritu, impondrán luminosidad y brillo a los chacras y estos al periespíritu, que se irá eterizando cada vez más. ¡Millares de años pasarán, pero un día la caminada tendrá encuentro con la solución: una centella estará cristificada, plenamente expuesta a través de la primera y única corona, que es Luz Divina Individualizada! ¡Los discípulos igualaron el Divino Molde, se tornaron Unos con el Padre en el Templo Interior! ¡Del Verbo Divino tomaron lecciones y a Verbos Divinos llegaron!
LAS CORONAS ENERGÉTICAS Y SUS COLORACIONES
Nadie es y existe porque quiere, sino por Dios, que manifiesta o crea, sostiene y destina. Por tanto, quien es y existe, hace aprendizaje en un grado de la escala evolutiva, contiene en si lo que ya realizó o evolucionó, debiendo, aún, evolucionar hasta el Grado Cristico o de Unidad Vibratoria con la Divina Esencia Generadora, que es Dios.
Es mucho fácil comprender que, siendo, existe, y, existiendo, debe estar en algún lugar, haciendo alguna cosa y para algún fin. El grado de CONCIENCIA DE LA REALIDADE varia casi que al infinito, pero un fin a todos es determinado, por las leyes eternas, perfectas y inmutables de Dios. Lo que importa, por tanto, es llegar lo más breve posible a un grado ponderable de CONCIENCIA DE LA REALIDADE, para de ahí adelante tornar más fácil la marcha autocristificadora.
Cumple no olvidar que, una vez alcanzado ese ponderable grado de CONCIENCIA DE LA REALIDADE, también alcanzó el espíritu un más elevado grado de RESPONSABILIDAD INDIVIDUAL. Frente a la Justicia Divina, jamás habrá derechos sin deberes. ¡Quien llegó a se reconocer un semidiós, que asuma con sus responsabilidades, que aprecie lo ya hecho y lo que tendrá de hacer!
El mapa cromático que presentamos dice respecto al hombre-patrón, el tipo-medio de la época presente, cuando en los horizontes históricos del Planeta fulgura la entrada en la madurez, o segunda media-edad, con la separación entre cabritos y ovejas. Pero es el espíritu equilibrado, armónico dentro de su grado evolutivo, es decir, sin marcas kármicas negativas, sin manchas y sin asimetrías, eso todo que, en el encarnado, genera deformidades, enfermedades pertinaces, llagas, dolorosas coyunturas morales etc.:
a – En las profundidades iniciales de la centella formase lentamente la primera corona, que es Luz Divina individuada o particularizada. Entre tanto, en el interior o lado de dentro es mucho más brillante, siendo en el lado de fuera fosco o menos brillante. Parece un todo compacto, pero es escamada, presentando su diagrama;
b – La segunda corona a formarse, en los millones de años, es amarilla brillante, siempre más brillante por dentro y menos por fuera, pues tendrá que, en virtud de la penetración en el mundo exterior o más denso, ofrecer medios de contacto;
c – La tercera corona a formarse es anaranjada, siempre más brillante por dentro y menos en el exterior.
d – La cuarta corona es solferina o violeta-clara, siempre más brillante por dentro y menos por fuera, ya presentándose con más anchura o dilatación;
y – La quinta corona es azulina, siempre más brillante por dentro y menos para el exterior, y con más anchura;
f – La sexta corona es verde-clara, siempre más brillante por dentro y menos por fuera, y más dilatada;
g – La séptima corona es gris-clara, siempre más brillante por dentro y menos por fuera, y más dilatada, pues es la frontera del espíritu o de la centella para con el mundo físico o exterior.
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