Oración Crística
Sagrado Principio del Universo, que en Ti mismo creas, sustentas y destinas. Señor del Infinito, de las Leyes, de las vidas y de las virtudes.
Sagrada Causa Primaria, donde todo es, movimienta y alcanza la finalidad.
Padre Divino, Tú, que eres la Base, el Amparo, la Luz y la Gloria, guía nuestros pasos, para que la Ley sea nuestro Camino, para que el Amor sea nuestro Pan Eterno, para que la Gracia sea nuestra Consolación Imperecedera.
Dios y Padrenuestro, que nos enviaste el Cristo Modelo, con la finalidad de Bautizar en Revelación. A Ti rogamos, Señor, que ella se extienda sobre la Tierra, porque, siendo ella Tu Palabra, a todos advierta, ilustre y consuele.
Padre Santo, llena la Tierra de verdaderos y buenos profetas o mediumns, para que todos sepan de las leyes de Esencia, Existencia, Movimiento, Inmortalidad, Evolución, Responsabilidad, Reencarnación, Revelación, Habitación Cósmica y Sagrada Finalidad a ser alcanzada.
Sagrado Principio, haz que Tus Santos Espíritus Mensajeros infundan estos conocimientos: que la Moral armoniza y dignifica; que el Amor sublima y diviniza; que la Revelación advierte, ilustra y consuela; que la Sabiduría confiere autoridad; y que la Virtud sintetiza la unión con Tu Divina Voluntad.
Principio Sin Fin del Cosmos, impélenos al Conocimiento Perfecto, para que podamos saber cierto, pensar bien, sentir amorosamente y practicar divinamente.
Como Tú eres Espíritu y Verdad, queriendo que así vengan a tornarse Tus hijos, a Ti rogamos, Padre Divino, las necesarias oportunidades de trabajo.
Aléjanos, Señor, de todas las idolatrías.
Líbranos, Padre Santo, de las tentaciones del mundo.
Danos, Señor, la fuerza de luchar contra la iniquidad.
Atráenos, Señor, al Reino de la Verdad, del Amor y de la Virtud, Reino que estando en el seno de los mundos, de las formas y de las transiciones, está entretanto por encima de mundos, formas y transiciones.
Danos, Padre Divino, la Conciencia de la Unidad, con la finalidad de que podamos sentir y vivir las Armonías del Infinito; y que, así siendo, oh Padre Santo, lleguemos a transformar la Tierra en la Jerusalén Celestial, Reino de Paz y Ventura, alejando para siempre, del mundo, la ignorancia, la tiniebla y el dolor.
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