Oración del Cura José
Sagrado Principio Omnipresente, Dios y Padre Divino, a Ti rogamos, a través del Cristo Planetario, Tu Despensero Fiel y Prudente, la gracia socorrista de Tus Legiones Mensajeras.
Señor, en virtud de nuestras inferioridades espirituales y morales, cometemos errores frecuentes, contrariando en las acciones las ordenanzas de Tus Mandamientos.
Siendo frágiles y fallos, Padre Divino, muchas veces descuidamos del respeto debido a la Divina Modelación de Comportamiento, entregada a la Humanidad designada en el Planeta por Aquel que, siendo el Verbo Constructor Planetario, también encarnó para dejar en el Mundo el ejemplo de todo lo que de Ti deriva, y que un día a Ti tendrá de volver, como Espíritu y Verdad o Uno Total.
Más por ignorancia, Señor, que mismo por maldad, blasfemamos contra los Dones del Espíritu Santo, los Vehículos de la comunicación de Tus Ángeles, los Espíritus Mensajeros, ora desconociendo los textos bíblicos que de ellos hablan con soberana realidad, ora desviando otros hermanos de su conocimiento, ora dándoles las más erradas interpretaciones, para encubrir infelices dogmas humanos, errores que benefician maliciosos intentos o capciosos convencionalismos.
Sabemos ahora, Señor, que Tu Doctrina, entregada a la Humanidad por Tu Verbo Ejemplar, se asienta en la vivencia de Tu Ley, en la Divina Modelación de Tu Verbo Modelo y en el cultivo decente de Tus Dones, cuya generalización tuvo por inicio el Glorioso Pentecostés, como divinamente registra el Libro de Hechos de los apóstoles.
Señor, sabemos ahora que jamás podremos desabrochar en nosotros Tus Latentes Virtudes Divinas, para un día reintegrar a Tu Divina Unidad, fuera de Tus Enseñanzas y de Tus Gracias, donde refulgen Tu Ley, Tu Verbo Ejemplar y Tus Dones Espirituales o Mediumnicos, los vehículos de la Consoladora Revelación.
Sagrado Principio, acoge una vez más la rogativa de Tus hijos aún somorgujados en la inferioridad espiritual y moral, sin embargo ya bastante conscientes de Tus Leyes Regentes Fundamentales, y, por tanto, profundamente deseosos de acertar, de trillar la Excelsa Doctrina del Camino, que es por encima de religiones, sectas y cualesquier conceptos humanos.
Padre Divino, frente de los percances de la peregrinación carnal, el aluvión de peligros que el Mundo ofrece, rogamos el amparo de Tus Legiones Mensajeras, de aquellos Ángeles que, durante la Encarnación del Verbo Modelo, sobre Él estuvieran subiendo y bajando, produciendo maravillosos hechos, señales y prodigios, curas y testimonios de Tu Divina e Inmortal Doctrina.
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